Sara - ¡Hola! ¿Qué tal estás?
Marta - Bien, pero cansada.
Sara - ¿Por qué?
Marta - Pues me he cambiado de colegio hace poco.
Sara - ¿Y te gusta tu nuevo colegio?
Marta - Si, me gusta mucho y los compañeros son muy amables. Pero estoy agotada.
Sara - ¿Por qué?
Marta - Porque tengo muchas horas de clase y luego tengo que estudiar y tengo que hacer deberes.
Sara - ¿Todos lo días tenéis deberes?
Marta - Si, todos los días ¡Incluso los fines de semana!
Sara - ¡Qué horror!
Marta - Si, es una pesadilla.
Sara - ¿A qué hora te levantas?
Marta - Me levanto a las siete, me ducho, me visto y desayuno con mis padres. Menos mal que mi madre prepara el desayuno! Antes de salir de casa me cepillo los dientes. ¡No me gusta maquillarme todos los días pero es que tampoco tengo tiempo!
Sara - ¿Y a qué hora sales de casa?
Marta - A las ocho salgo de casa. Voy al instituto a pie. Por lo menos puedo relajarme esos veinte minutos.
Sara - ¿A qué hora empiezan las clases?
Marta - Las clases empiezan a a las nueve menos cuarto. Justo me da tiempo a charlar un poco con mis amigos antes de entrar en clase. ¡Qué estrés!
Sara - ¿Y cuántas clases tenéis cada día?
Marta - Tengo tres clases por la mañana y después un descanso de quince minutos. Después otras dos clases y un descanso más largo, para comer el almuerzo. Y luego tres clases más y ya se acaba el día de colegio.
Sara - ¡Uf! ¡Qué largo!
Marta - Pues si, muy largo. Paso un montón de horas en el colegio y luego los deberes y estudiar... ¡No tengo vida!
Sara - ¿A qué hora llegas a casa?
Marta - A eso de las cinco. Meriendo algo y me pongo con los deberes. Cenamos a las ocho y algunos días tengo un rato para ver Netflix o charlar con mis amigos por el móvil, y otros días, ni eso.
Sara - ¿Y a qué hora te acuestas?
Marta - Me acuesto a las diez y siempre estoy agotada.
Sara - Jo... no te envidio.
Marta - Mi vida este año es dura!